Los tatuajes yakuzas se consideran milenarios ya que existen desde el año 11 mil antes de Cristo, por aquel entonces se usaban para marcar a las personas de clases bajas. Mucho más tarde, se utilizaba para castigar a traidores tatuándoles la cara y por último más cercano a nuestra era, se usaban para «marcar» a los delincuentes.
Hoy en día los tatuajes yakuzas están íntimamente ligados a la mafia nipona, éstos (en general hombres) controlan el mercado negro en Japón. Muchos de ellos suelen llevar todo el cuerpo tatuado y es por eso que comenzaron estos tattoos a tener una connotación negativa, por eso quizás muchos suelen ocultarlos.

Dentro de la organización mafiosa los tatuajes tienen mucha importancia y revelan el rango, el clan al que se pertenece, incluso el lema de dicho clan.

Pero no siempre fue así, antes en Japón se llevaba tatuajes por razones meramente espirituales. Fue en el siglo XVIII cuando comenzó a usarse con fines decorativos, por así decirlo. Este arte comienza con el irezumi, cuando el artista que grababa la madera comienza a dibujar la piel, a tatuar. Y el irezumi, si bien estaba prohibido, en poco tiempo comenzó a hacerse popular, al inicio lo llevaban como protección (de hecho los bomberos eran los únicos que lo tenían permitido).
En tiempo lejanos, los tatuajes en Japón eran ilegales por eso los solían llevar ocultos y de ahí proviene una frase muy japonesa «lo oculto es lo más bello».