Japón se encuentra en la peligrosa intersección de 5 placas tectónicas, lo que provoca unos mil terremotos por año. En el país hay 186 volcanes, y un tercio de ellos sigue activo en la actualidad; sin duda el más poderoso y famoso es el Monte Fuji, al que le dicen «el portal entre el cielo y la tierra».Los expertos aseguran que el 10% de los terremotos del mundo ocurren en Japón, así y todo frente a este peligro los nipones tienen muy desarrollado tanto las edificaciones anti sísmicas como el temor frente a estos acontecimientos, son educados desde pequeños para enfrentarlos con calma y diligencia.
En 1923 hubo uno de los más graves de la historia, lo llamaron «el gran terremoto de Tokio», y el de Kanto. Destruyó la ciudad entera y murieron más de 100.000 personas.
Hoy en día los edificios son antisísmicos, resisten justamente sismos de 7.5 grados. No es para menos, porque Tokio está entre 3 placas tectónicas, eso produce movimientos todo el tiempo, aunque sean suaves, incluso a veces imperceptibles, hay pequeños temblores que pueden durar un minuto, no obstante en los pisos altos se siente por casi media hora.
Los japoneses viven en una de las zonas más complejas del planeta en esta materia, es un país muy sísmico porque se encuentra en el famoso cinturón de fuego del Pacífico, más precisamente en la región volcánica. En los últimos 15 años tuvieron 5 terremotos muy fuertes.
El grupo de islas es justamente, producto de continuos e inmensos movimientos oceánicos durante millones de años. Por eso es tan común sentir temblores con frecuencia e incluso presenciar actividad volcánica porque algunas fallas recorren todo el territorio originando sismos. Algunos terremotos fueron muy destructivos y a veces, han dado lugar a tsunamis, el último fue en marzo del 2010 que tuvo una magnitud de 9.0 y creó olas de maremotos de más de 40 metros de alto y una profundidad de 32 kms, éste duró seis minutos y dejó unos 16 mil muertos y casi 3000 desaparecidos y miles de heridos.
Japón invierte millones de dólares en muros marinos anti tsunamis que se levantan en el medio del mar. Son una especies de paredones de 12 metros de alto, pero ésta última catástrofe con olas de 40 metros los pasó por arriba. Así y todo, pese a las condiciones desfavorables, los japoneses están muy preparados para afrontar estas tragedias.