Los nipones poseen una profunda conexión tanto con la tecnología y las tradiciones, como con la naturaleza.  Además tienen desarrollada una relación única con cada estación del año, siguen el ritmo de cada estación a la que le brindan su propio significado simbólico.

Además cada una de las estaciones marca una diferencia de las distintas etapas de la vida.  Por ejemplo, la primavera es celebrada con mucha alegría por significar el momento de la renovación y el renacimiento.  Realizan el Hanami, que significa observar flores, especialmente la de los cerezos en flor.

Este término, lo utilizan para «disfrutar la primavera», que es desde hacer picnics en los parques, disfrutar de sus bellos jardines, y el de observar las flores.   Sin duda alguna, la primavera es la mejor época para visitar Japón.

El verano simboliza el crecimiento y la madurez, y es la estación con más festivales, sobre todo se celebra la relación de los humanos con los dioses.  Marca además la etapa del cultivo del arroz.

Muchos festivales fueron creados para sacar a la gente del letargo generado por intensos calores y preparar así a la población para el momento de la cosecha.   Que es tan importante para la economía del país.

En el otoño, la estación brinda una maravilla de colores rojos, cobrizos y naranjas sin límite.  Muchos japoneses cruzan el país para deleitarse con los hermosos colores que regala esta época del año, que suele ser la favorita de los fotógrafos.

Y por último el invierno, que es la estación del pez más preciado de Japón (el atún azul), uno de éstos puede costar 200 mil dólares y los pescadores pueden pasar temporadas enteras para pescarlo a la vieja usanza, con línea y no con sofisticadas redes.  Es complejo porque el atún puede ir mucho más rápido que un auto y cambia de dirección a 80 km por hora.

No obstante, si el invierno en algunos lugares del país puede ser bastante duro, algunos paisajes se disfrutan muchísimo con esta belleza particular.